Sí, lo confieso. Me gusta Eurovisión. Afirmar esto como si se tratase de algo casi prohibido o llamativo obedece a que escucho y leo en demasiadas ocasiones que se habla de este concurso con cierto “desprecio” o en el mejor de los casos, solo con añoranza de décadas pasadas.
Cuando estamos a pocos días de que el sábado, Barei, nuestra representante de este año compita en la final en Estocolmo, me encuentro con mucha gente que se sorprende cuando le explico que mantengo el ritual. Cenar con amigos, ver el festival y jugar a acertar el resultado…
Es evidente que, por esas cosas de la edad, puedo decir que he vivido esos momentos gloriosos del festival con cantantes, canciones y momentos que ya forman parte de nuestra historia sentimental, de nuestra banda sonora. Por eso también me gusta eurovisión. Pero son cantantes, canciones y momentos que a los jóvenes les suenan como nos sonaban a nosotros los de nuestros padres o abuelos.
Leo que España es de los países que más jóvenes congregan entorno al evento y que rozan el millar los que están vinculados a través de asociaciones durante todo el año. Esto que conocemos como “Eurofans” y ¿qué queréis que os diga? Me parece una afición de lo más sana para canalizar afición a la música y en cierto modo también de disfrutar la cultura europea. Por tanto, no comprendo como en lugar de promoverlo algunos se encargan de criticarles no sé muy bien ni con qué argumentos ni con qué fin.
El festival ha sido, además, palanca de promoción de artistas jóvenes o consolidación de otros cantantes que daban mucho nivel a un concurso que reunía a toda la familia y nos hablaba de países que nos sorprendían. Eurovisión venía a ser uno de estos programas que triunfan hoy en las cadenas comerciales en las que se votan talentos musicales.
Me parece muy acertado que RTVE siga apostando por participar y por dar difusión a este punto de encuentro de voces, de maneras de contar y cantar, de acercarnos más entre los pueblos de Europa a través de la música.
Reivindico el festival de Eurovisión porque, aunque se ha ido adaptando a los tiempos y se echan de menos algunas cosas, no ha perdido sus ingredientes básicos y además ahora ofrece un espectáculo televisivo de primer nivel, con escenografías, iluminación y puestas en escena con mucho talento.
Recordemos siempre, claro que sí, los momentos y canciones de Eurovisión que nos traigan buenos recuerdos pero defendamos también este festival, animemos a nuestros artistas y apoyemos cualquier evento que promocione la música y la cordialidad entre países.
Así que os animo a que probéis un año mi propuesta. Cena en casa con amigos, charla entre copas, buena música y espectáculo. Anotad favoritos y ¡A ver quién acierta!
Tal vez después de esta noche digáis también: Me gusta Eurovisión.
En UK se sigue y se hace como dices tú, reunión de amigos y se lo pasan genial!!