Cambio de piel

Buenos días a todos. 🙂 🙂  ¿Qué hay de nuevo amig@s? lunes 13 de enero, seguro que será un fantástico día y presagio de lo que será una semana estupenda.

Nada como pensar en positivo para empezar cualquier cosa; proyecto, tarea, llamada, día o semana. A mí es un truco que me funciona y os he traído hoy un puñado de trucos que no me han fallado nunca y que los vengo poniendo en práctica de toda la vida.

Sabedora de los tiempos difíciles, en muchos sentidos, pero sobre todo para los bolsillos.  Consciente de los propósitos de año nuevo, que todos nos hacemos me he dicho; -Hoy tenemos que sacar los “remedios”, unos cuantos de esos 50 que tenemos por delante. 😉

Me gusta mucho la fotografía así que voy a intentar currármelo un poco más cada día también para vosotros. Esta la hice en la comida, tras la vuelta de un largo paseo por la playa. Qué os parece si empezamos por ahí, por ejemplo, caminar. Amigos,  caminad mucho. Si tenéis tiempo, media hora diaria es lo ideal, hacedlo por algún espacio agradable de vuestras ciudades  o pueblos.

Si no tenéis tiempo de desplazaros y alterar la ruta diaria, una sugerencia es bajarse alguna parada antes del bus o del metro, subir escaleras o dejar el coche un día a la semana. ¿Tampoco cuesta tanto, no? Así nos oxigenamos un poco. Caminar no solo tiene beneficios cardiovasculares, ayuda a la prevención de la futura osteoporosis (nosotras especialmente debemos prevenirla porque llega un día y no avisa)  y  caminar, ya sabéis que mantiene, que mejora la línea. Os dejo esta foto de mis hermanas tras el paseo de este domingo, ellas y yo somos un equipo de tres porque tres no somos multitud ni mucho menos, somos equipo, yo las adoro y otro día hablare de esa relación fascinante entre hermanas.

Aunque para mí lo mejor de caminar es que tiene otros beneficios más allá del cuerpo, es lo mejor para la mente. El pensamiento cuando haces ejercicio vuela, recorre de otro modo  todas esas cosas que nos preocupan y a cada paso que damos se van diluyendo. Unas porque la tranquilidad y el paisaje nos aportan luz para dar solución y otras, la gran mayoría, porque  de alguna manera nos damos cuenta que solo son preocupaciones que nosotros agrandamos y únicamente están en tanto las pensamos ¿no creéis?

También me gusta mucho la bicicleta, pero hoy caminemos. Fundamentales dos cosas: La primera, apagad o poned en silencio el teléfono móvil, que el mundo gira de igual modo si durante media hora o una hora estamos más pendientes de estar  comunicados con nosotros mismos. La segunda, primordial un buen calzado para que cuerpo y mente anden ligeros, que no nos lesione ni nos dañe y si tienes algún problema muscular camina lo que puedas, más despacio, pero camina 🙂

Lo primero que hago al abrir  los ojos cada día es  besar la foto de mi madre. Me levanto y me tomo dos vasos de agua, por ese orden. Con el beso a esa foto tomo fuerza para el día y con el agua  limpio y depuro el reposo de la noche.

Luego, antes de comer, vuelvo a tomar dos vasos de agua.  Suelo tomar unos dos litros de agua a lo largo del día. Al contrario de los que muchos piensan que el agua te infla lo que hace es todo lo contrario, eliminas más, pero ojo, hay que moverse para eliminarla y sudar, no lo olvidéis, además ayuda a que la piel y nuestro organismo estén hidratados.

Otro “remedio” sin el que no puedo vivir es mi zumo de naranja, esa fruta cítrica tan nuestra, de nuestras tierras, de la que me apasiona en su color y sabor. Ambas cosas dan mucha energía.

Pero fijaos, últimamente, unas tres veces a la semana me exprimo también un limón, el limón es muy rico en minerales entre los que se destacan potasio, magnesio, calcio y fósforo y leí un artículo que es bueno tomarlo en zumo de vez en cuando, pero como es tan fuerte lo mezclo con las naranjas y me va genial.

Otro color y sabor que forma parte de nuestra vida en tantas comidas tiene él solito un post, porque no os imagináis la cantidad de beneficios y propiedades curativas que el limón tiene.

Uno de los mejores trucos para la piel que tengo comprobado que funcionan,  quien me conoce lo sabe, es el de la leche de vaca, leche entera. Hubo una época de mucho stress en mi vida, esas etapas que a veces nos agobian y empezaron a salirme granos otra vez como en la pubertad 🙂 y ¿sabéis qué pasó? Que mi madre, la otra Remedios lo arregló con un consejo y, desde entonces, lo llevo a la práctica porque es calmante y cicatrizante. Nada mejor para secar ese molesto grano o aliviar la rojez que mojar un algodón en leche entera, extenderlo por la zona y dejarlo toda la noche. Notaréis como la piel se estira, tranquilas, no pasa nada, es el proceso natural y a la mañana siguiente veréis como está   secado y aliviado nuestro cutis. Ya me contaréis.

Me encantan las manos. Las manos lo dicen todo de una persona. Te dicen si es cuidadosa, aseada, tierna, contundente, fuerte, ágil, inteligente, activa, inquieta y muchas cosas más. Yo tengo amigas que por no entretenerse no se ponen ni crema de manos. No es mi caso, yo las cuido mucho porque con ellas hago muchas cosas a lo largo del día. Ellas me llevan al compás de los pies, sus hermanos, esos que las transportan de un lado a otro. Os traigo una estrategia magnífica para mantenerlas sedosas y fuertes. Es muy fácil y sobre todo económico. Se trata de hacer un peeling semanal con aceite y sal. Sí, así de simple, yo lo hago  desde hace años.

Podéis utilizar cualquier aceite que tengáis en casa, a mí como me gusta tanto el aceite de oliva es el que utilizo pero cualquiera vale. Ponéis un puñado de sal común (si tenéis sal gorda, es la ideal) en la palma de la mano y luego un buen chorro de aceite y frotáis, frotad mano con mano, como cuando las lavamos. Después de unos minutos las lavas bajo en grifo y al secarse notaréis la hidratación y el cambio de piel ya que se ha llevado las pieles muertas de ellas.

Durante todas estas semanas os he ido recomendando muchas buenas cremas que utilizo de La Prairie, de las que no puedo decir nada más que bueno todo,  la mascarilla de Hialurónico que he de decir que cada día me gusta más, limpiadores… pero hoy algo que he descubierto a través de un amigo. Si, un amigo. Afortunadamente para ellos y para nosotras ellos cada día se cuidan más y muy bien, por cierto.

Se trata de una esponja que cuesta apenas 1€ y la venden en algunos supermercados.  La esponja es blanca, esté hecha con konjac puro, no lleva tratamiento y es para todo tipo de pieles.

La uso por la mañana y por la noche para limpiar mi cara una vez desmaquillada y noto que depura y arrastra lo que me sobra, me deja la piel lisa. La esponja hay que mojarla y escurrirla, pasarla por la piel y después de usarla lavarla con agua y colgarla con la cinta que trae, cuando está seca se endurece un poco y al humedecerla se pone como el primer día. Probadla, es increíble y os la quiero compartir.

Como os decía con el “remedio” de caminar, de pasear, no todo está en cuidar el cuerpo, también la mente necesita oxigenarse, relajarse, “vitaminarse”. Para ello ahí siempre está a nuestro servicio, la cultura. La cultura no es cara para todo lo que nos aporta. Ya sea relajarse escuchando buena música, visitando alguna exposición y, por supuesto con lo más cómodo y gratificante; la lectura. Yo no suelo leer en la cama porque me duermo enseguida, aunque reconozco que  a muchos leer así les ayuda a desconectar, pero yo prefiero buscar otros momentos. Para leer, me encanta el sofá. Cada cual a su gusto y con el tiempo de que disponga; una novela, relatos cortos, poesía, biografías, temas de vuestros de interés… pero esos pequeños momentos de lectura diaria son de gran ayuda en todos los sentidos. Como de pequeños momentos habla este libro que os recomiendo, como antes me lo recomendaron a mí. “La emoción de las cosas”  de la mexicana Angeles Mastretta.

No es exactamente una novela, podría leerse por capítulos de modo independiente sin perder fuerza y belleza. Lo sugiero porque aunque vivamos intensamente el ahora, produce gran placer este viaje por las emociones pasadas que nos propone Mastretta. Detenerse en las pequeñas cosas que marcaron la vida, que nos ayudan a redescubrirnos, a conocernos mejor y, gracias a ello, a caminar con el paso más firme. Seguro que os gusta.

Feliz paseo por la semana y no olvidéis disfrutar intensamente de las pequeñas-grandes cosas de cada día.